Existe algo que siempre notamos inconscientemente al observar un edificio: Los materiales que lo componen; no nos sentamos a analizarlos, únicamente sabemos que allí están, por eso hoy queremos contarte sobre el impacto sutil que estos pueden tener en tu proyecto.
LO MÁS EVIDENTE, LA APARIENCIA
En general cuando hablamos de acabados nos centramos en lo estético, en que la cerámica sea bonita, el ladrillo bien presentado, etc, y como se dice, para gustos los colores, existen quienes preferirán acabados lisos o rugosos, brillantes u opacos, de gran o pequeño formato, entre muchas otras variables.
Nosotros como arquitectos te orientamos en tu decisión, pues existen materiales apropiados o ideales para ciertos usos, como lo puede ser una baldosa antideslizante en una ducha, un acabado opaco o poco brillante frente mesas de trabajo (escritorios, mesón de la cocina), filtros de control solar donde se requieran, entre muchas otras posibilidades que consideramos al sugerirte materiales para tu proyecto.
LO TANGIBLE, LA SENSACIÓN
Los materiales tienen otro impacto notorio en nosotros y es la sensación al tacto; los acabados pueden ser rugosos o lisos, siendo los primeros por ejemplo un concreto rústico, piedra, madera o bambú, es decir materiales que evocan esa sensación natural de imperfección y heterogeneidad, mientras los segundos pueden ser un ladrillo, un concreto esmaltado o microcemento, una pared debidamente estucada o un porcelanato, acabados modernos que permiten acabados limpios y homogéneos.
LO MENOS EVIDENTE, EL CONFOR TÉRMICO Y ACÚSTICO DE LOS ACABADOS
Dentro de lo tangible también entra en juego el confort térmico, pues por ejemplo una superficie metálica tiene gran transmitancia térmica, lo que quiere decir que transmitirá muy fácilmente el calor o el frío que la afecten, y lo transmitirá no sólo a ti sino al espacio con el que tenga contacto; esto ocurre así con todos los materiales, por ello te invitamos a conocer nuestras entradas sobre conductividad térmica de materiales naturales, modernos, aceros y aislantes.
Adicionalmente la textura también tiene un papel en el confort, pues, por ejemplo, así como las arrugas de los elefantes los ayudan a generar microsombras en sus cuerpos para evitar sobrecalentarse en sus áridos entornos, la textura en el acabado exterior de un edificio genera el mismo efecto, impactando ya no sólo tu confort sino tu bolsillo, pues puede reducir notoriamente el uso de sistemas de climatización.
Por otra parte, la rugosidad de la forma y la composición física de un material pueden alinearse con las longitudes de onda, absorbiéndolas y evitando que reboten (reverberen), mejorando notablemente tanto el aislamiento acústico como la calidad acústica de un espacio.
LO QUE NO SE SUELE CONSIDERAR, EL MANTENIMIENTO
Aunque poseen diversas ventajas, las superficies rugosas serán claramente más complejas de mantener, pues es más fácil que se ensucien y son más difíciles de limpiar que las superficies lisas; la gran ventaja que existe hoy en día es la presencia de materiales y herramientas que facilitan el aseo de un edificio, como lo son pinturas o recubrimientos lavables y máquinas de lavado a presión, por ejemplo.
Ahora ya tienes algunas pistas más cuando desees escoger materiales para tu proyecto; todas estas consideraciones las tenemos muy presentes en nuestro trabajo, pues para nosotros cada detalle de nuestros proyectos es importante y por ello constantemente estamos investigando y aprendiendo para siempre ofrecerte el mejor servicio y calidad para hacer realidad tu sueño de vivir en la naturaleza de manera estética, funcional y rentable.
Si quieres realizar tu proyecto con nosotros no dudes en contactarnos, puedes hacerlo directamente vía whatsapp haciendo click aquí, ¡recuerda que cotizar no tienen ningún costo!
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