En este post te comentaremos nuestra experiencia con ellas y las consideraciones que tenemos presentes, pues son el único acabado vivo (además de los muros vegetados o jardines verticales) que puedes tener en tu proyecto.
¿QUÉ SON LOS TECHOS VIVOS?
Las cubiertas vegetadas son un tipo de acabado más que una técnica constructiva, ya que existen muchas maneras de lograrlas, habiendo métodos más industrializados con piezas prefabricadas específicamente para cumplir las funciones de las diferentes capas.
Las funciones de las diferentes capas buscan garantizar el correcto funcionamiento de la cubierta al dirigir especialmente raíces y humedad por fuera de los elementos estructurales del edificio, cumpliendo así las funciones de impermeabilización, aislamiento térmico, filtrado y soporte estructural para la vegetación y su sustrato.
¿PARA QUÉ SIRVEN LAS CUBIERTAS VEGETALES?
Su uso puede ser meramente estético, pero eso no erradica sus aportes a la bioclimática de un edificio, pues son uno de los pocos acabados con los cuales es posible reducir la temperatura de un espacio naturalmente, además de cumplir como reposición del terreno ocupado por el edificio en la superficie, con todo el aporte ecosistémico que esto significa.
Eso si, no deben obviarse las implicaciones que tienen en cuanto a esos mismos requerimientos ecosistémicos, pues debe procurarse, por ejemplo, utilizar especies locales que puedan sobrevivir con poco o nulo mantenimiento para evitar el uso desmedido de agua, para que represente realmente un aporte ambiental y no un mayor impacto.
¿CÓMO FABRICAR UNA CUBIERTA VEGETADA?
Existen proveedores que realizan cubiertas vegetadas prefabricadas, algunas incluso con materiales de acero y plástico reciclados, y para todo tipo de vegetación.
Así mismo se pueden fabricar también artesanalmente, procurando utilizar materiales que permitan que se cumplan las diferentes funciones de una cubierta vegetada.
La clave es tener una estructura capaz de soportar el peso de las diferentes capas, del sustrato y de la vegetación que este va a contener; y tener materiales que cumplan las funciones de impermeabilización, aislamiento térmico y filtrado, garantizando la correcta cohesión además, para evitar cualquier gotera o filtración que pudiera presentarse por incidencia del agua o de las raíces de las plantas.
Los sustratos pueden ir desde 10cm de grosor hasta más de 50cm, todo dependiendo de las necesidades de las especies a sembrar, y debe calcularse su peso totalmente saturado de agua, pues la tierra mojada y las plantas hidratadas son considerablemente más pesadas que secas.
¡PRÓXIMAMENTE¡ à Realizaremos más publicaciones sobre los diferentes secretos de las técnicas sostenibles y bioclimáticas que tenemos en cuenta para cada uno de nuestros proyectos.
Para nosotros cada detalle de nuestros proyectos es importante y por ello constantemente estamos investigando y aprendiendo para siempre ofrecerte el mejor servicio y calidad para hacer realidad tu sueño de manera estética, funcional, factible y lleno de vida.
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